El baño, sin lágrimas.
Es una manera sencilla de mantener sus ojitos libres de jabón y de agua (y tu paciencia libre de agotamiento). Esta práctica jarrita cuenta con un suave borde moldeado que sigue el contorno de la frente de tu peque, asegurándose de que no le caiga agua en los ojos, además de una asa de fácil agarre para que puedas mantener a tu bebé derecho con la otra mano; lavarle el pelo ya no será sinónimo de lágrimas.